¿Cansancio? Causas y soluciones para recuperar tu energía
¿Agotamiento al final de la jornada? somnolencia, irritabilidad, inapetencia o cambios de humor, son algunos aspectos que se originan debido a la falta de energía.
Estamos a prontas de acabar el año, los meses de encierro, las próximas fiestas y los distintos quehaceres, son motivos por lo que nuestra mente y cuerpo se encuentran fatigados. La causa principal de esto puede ser originada por diferentes factores.
Psicológico, puede ser una alteración emocional provocada por estrés, ya sea de preocupaciones externas, exceso de trabajo, problemas sociales o un duelo.
Fisiológico, lo que se basa en la deficiencia de nuestro organismo de nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento. La alimentación deficiente, exceso o falta de ejercicio o trastorno del sueño. A ello se suman cambios físicos concretos, como el embarazo, la lactancia o el envejecimiento, que hacen que nuestro cuerpo consuma más energía para funcionar o que no la consiga y/o utilice óptimamente.
Orgánico, se produce cuando existen causas que estén afectando el organismo, haciendo que no consiga o utilice correctamente la energía necesaria. En este caso es importante consultarlo con un profesional de la salud.
Para ayudar a mejorar nuestra falta de energía, es importante tener una alimentación balanceada en nutrientes y vitaminas, como las del grupo B, (B1 y B6) que contribuyen al metabolismo energético normal. La vitamina B6 ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.
Mantener una buena hidratación, dado que la deshidratación es una de las principales causas de la fatiga y cansancio, físico y mental. Para el correcto funcionamiento del cuerpo, es primordial el consumo abundante de agua. Para variar se puede optar por tomar infusiones u otros líquidos, siempre optando por opciones no carbonatadas.
Descansar y dormir las horas de sueño recomendadas, puesto que durante el sueño el organismo se recarga de energías. A pesar de ello, tampoco se sugiere dormir más de lo necesario, ya que también puede producir agotamiento.
Hacer ejercicio regularmente de forma moderada, cuando el organismo realiza ejercicio aprende a gestionar mejor el oxígeno y los nutrientes, contribuyendo de mejor manera a la absorción de estos y el uso de energía.
Evitar el consumo de alcohol, cafeína y drogas.
Tomar un poco de sol. Exponerse a los rayos solares ayuda a mejorar el sistema inmune, los estados de ánimo y regular la producción de melatonina, la hormona que define los ciclos del sueño por lo que nos hace sentirnos más despiertos.