Nuestro cerebro está lleno de neuronas, células nerviosas y cables eléctricos interconectados mediante sustancias químicas muy simples, cuya misión es transmitir mensajes de una célula nerviosa a otra. El cerebro representa sólo el 2% de nuestro peso: sin embargo, necesita alrededor del 20% de la energía que ingerimos. Si “somos lo que comemos” nuestro cerebro también dependerá de qué alimentos consumimos.
La principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa que proviene de comer alimentos ricos en carbohidratos, como cereales, legumbres, frutas y verduras, así como lácteos. Sin contar que además necesita de otros nutrientes esenciales como: vitaminas, minerales, ácidos grasos y proteínas.
Una alimentación desequilibrada puede producir carencias de algunos nutrientes lo que se puede manifestar mediantes síntomas o sensaciones como apatía, desgana, irritabilidad, nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallos de memoria, de concentración o depresión.
Según la psiquiatra y directora de psiquiatría nutricional de Harvard, Uma Naidoo, la conexión que existe entre el estómago y el cerebro es fuerte, y comienza con el útero. “Mucha gente piensa que la comida en términos de peso, pero influye en más de lo que creemos en nuestra salud mental”.
El intestino y el cerebro se originan en las mismas células del embrión. Una de las principales vías de conexión entre el cerebro y el intestino es el nervio vago, un sistema de mensajería química bidireccional que explica por qué el estrés puede desencadenar sentimientos de ansiedad en la mente y mariposas en el estómago.
Los alimentos también pueden influir en el estado de tu microbioma, y algunas especies de microbios intestinales se han relacionado con mayores tasas de depresión. Incluso la serotonina, sustancia química del cerebro que regula el estado de ánimo, tiene una fuerte conexión con el intestino. Solo el 5% de la serotonina del cuerpo se produce en el cerebro; el resto se fabrica, almacena y activa en el intestino, según Naidoo.
La principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa, que proviene de comer alimentos ricos en carbohidratos. Por medio de la alimentación, podríamos mejorar el humor y el comportamiento, ayudando a aliviar la depresión, ansiedad, neurosis, además de trastornos del sueño.
Por lo mismo, en Naturland tenemos algunos consejos para ti:
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